Estando recostado en mi cama aún con los ojos abiertos mirando la oscuridad que me rodeaba, me perdí en otra realidad, dejando mi mente volar en el reflejo de mi amor hacia ella. Aún sabiendo que yo no era nadie para ella, mi corazón era suyo... suyo y de nadie más.
Abrazando mi almohada imaginando que es su cuerpo el que mis brazos rodean, deseando morir por no poder acariciar sus labios con los míos, detener el tiempo al momento en que nuestras miradas se cruzaran.
Cosas imposibles, pero creíbles en el mundo de los sueños tales como volar, poder ser como el aire, o ser invisible como una sombra en la oscuridad me permiten ir hasta donde ella y susurrarle al odio cuanto la amo.
Las noches no tienen sueño, no me permiten apagar mi mente para dormir, es ahí cuando más la necesito, tan solo saber si yo vivo en sus pensamientos como ella en los míos, y si alguna vez perdió el sueño simplemente pensando que pasara la próxima vez que nos veamos.
¿Qué tiene de malo soñar?
Despertarse, abrir los ojos y volver a la realidad es peor que tener pesadillas.
Suelo recordar cosas de mis sueños como historias, imágenes, la lluvia, las gotas que dibujaban su nombre al caer desde las nubes, recuerdo como con su sonrisa humedecida por la lluvia me robo el corazón…
Aun puedo escuchar su voz en esa triste canción que su mirada reflejaba.
Aún la sigo buscando… es imposible que ella solo sea real en mis sueños, la necesito en la realidad, la necesito a mi lado, para poder abrazarla, para poder besarla, para poder decirle lo mucho que la amo, y lo que la extraño aún estando a mi lado, simplemente por no poder estar más cerca de ella hasta ser una sola persona.
Todavía la busco…
